Ruth Benedict y el concepto de modelo cultural

1. El concepto de modelo cultural (pattern of culture)


Ruth Benedict entre dos indígenas pies negros (1939)
National Anthropological Archives, Smithsonian Ins.
En su libro Patterns of Culture (1934), Ruth Benedict enfatiza la importancia de la cultura frente a la biología como determinante de la conducta de los individuos. Para Benedict lo que explica las diferencias entre los grupos humanos es la influencia de la cultura. Compara los modos de vida de tres sociedades muy distintas de la estadounidense: zuñi, dobu y kwakiutl (kwakwaka'wakw).

Los modelos culturales (patterns of culture) son para Benedict configuraciones o complejos de elementos culturales.

"Lo que une en realidad a los hombres es su cultura, las ideas y los estándares que tienen en común"

"Una cultura, como el individuo, es un modelo (pattern) más o menos consistente de pensamiento y acción".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 16; 46/179.
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Para Benedict la cultura es el conjunto (o la configuración) de conocimientos, creencias, valores, actitudes y emociones que caracteriza a una sociedad. No se trata de una mera acumulación de rasgos culturales. Las culturas tienen forma, constituyen modelos (patterns). Cada cultura es una totalidad y está integrada.

"Si estamos interesados en los procesos culturales, la única forma con la que podemos saber la importancia del detalle seleccionado de la conducta es contrastándolo con los motivos, emociones y valores que hay detrás y que están institucionalizados en la cultura".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 49/181.

Benedict atribuye rasgos psicológicos a la cultura, de la que muchas veces habla como el temperamento o la personalidad de un pueblo, retomando el concepto de "espíritu" (Geist) de un pueblo, que habían empleado anteriormente autores como Bastian o Boas. La cultura puede ser entendida como una sistema de creencias que proporciona coherencia interna a una sociedad. 

Benedict toma la noción de configuración de la psicología de la Gestalt.

"Los psicólogos de la Gestalt nos han mostrado que en el sentido de la percepción más simple, ningún análisis de las percepciones separadas puede considerarse como la experiencia total. No es suficiente dividir las percepciones en fragmentos objetivos. La estructura subjetiva, las formas dadas por la experiencia anterior, son cruciales y no pueden ser omitidas".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 51/182.

Según la psicología de la Gestalt, los individuos no experimentan sensaciones simples y luego las combinan para formar otras más complejas, sino que perciben directamente configuraciones complejas como totalidades. La mente del individuo es activa y, ante un estímulo externo, busca significados. El individuo interpreta los estímulos sensoriales como parte de modelos o configuraciones mentales para dotarlos de significado.

Extrapolando estas ideas a la antropología, Benedict sostiene que cada cultura debe entenderse como una totalidad integrada.

Las culturas (…) son más que la suma de sus características. Podríamos conocerlo todo acerca de la distribución de las formas de matrimonio en un tribu, las danzas rituales, y las iniciaciones en la pubertad, y aun así no entender nada de la cultura como un todo que ha utilizado estos elementos para su propósito. 

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 47/179.

La cultura modela el carácter de los individuos en una sociedad, pero estos no suelen ser conscientes de la forma como esto sucede. Los conocimientos culturales son implícitos, los individuos carecen muchas veces de teorías para explicar en qué consiste su cultura.

"Las diferentes conductas relacionadas con ganarse la vida, aparearse, estar en guerra y adorar a los dioses, se transforman en modelos consistentes de acuerdo con los cánones inconscientes de la elección que se desarrollan en la cultura".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 48/180.

Los modelos culturales explican por qué los miembros de una sociedad se comportan de una forma característica. Esto es lo que Benedict intenta mostrar a través de distintos casos etnográficos.

2. Casos etnográficos


Benedict compara en su libro las culturas de tres sociedades muy distintas: la de los indios zuñi, que ella misma había estudiado (aunque su material etnográfico no fuese especialmente relevante); la de los nativos de Dobu, una isla situada al este de Nueva Guinea, que había estudiado Reo Fortune; y la de los kwakiutl (kwakwaka'wakw) de la costa noroeste canadiense, que había documentado Boas con la ayuda de George Hunt. En realidad, Benedict extiende la comparación en su libro a una cuarta sociedad, la de los lectores a quienes iba dirigida su obra en la época en que se publicó: los Estados Unidos (US: la nuestra).

Benedict lleva a cabo la comparación de estas sociedades empleando una tipología conceptual dicotómica del temperamento humano, que toma prestada de Nietzsche, en concreto de su obra El nacimiento de la tragedia (1872). Siguiendo a Nietzsche, Benedict considera que el amplio abanico de configuraciones culturales que se puede observar en el mundo oscila entre dos categorías: el carácter apolíneo y el temperamento dionisíaco.

"El dionisíaco busca [los valores de la existencia] mediante 'la aniquilación de los límites y fronteras ordinarias de la existencia'; intenta escapar en sus momentos más valiosos de los límites que le imponen sus cinco sentidos para irrumpir en otro orden de experiencia. La analogía más próxima a las emociones que busca es la embriaguez, y valora las iluminaciones del frenesí. El apolíneo desconfía de todo esto, y a menudo tiene poco conocimiento de la naturaleza de tales experiencias. Se mantiene en medio del camino, permanece dentro del mapa conocido, no se mete en estados mentales perturbadores."

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 78-9.

Los zuñi eran, según Benedict, apolíneos, algo que contrastaba con el carácter apasionadamente dionisíaco de la mayoría de las culturas de indios nativos americanos.

"Los zuñi son un pueblo ceremonioso, un pueblo que valora la sobriedad y la inofensividad sobre todas las demás virtudes. Su interés se centra en la rica y compleja vida ceremonial del grupo. Sus cultos de los dioses enmascarados, de la cultura, del sol, de los fetiches sagrados, de la guerra y de los muertos, son corpus rituales formales y bien establecidos, con sus respectivos sacerdotes oficiantes y sus observancias calendáricas. No hay campo del a actividad que compita con el ritual por el primer plano de su atención".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 59-60.

La segunda cultura que examina Benedict es la de los dobu, para lo cual emplea la monografía que Reo Fortune había escrito sobre ellos: Sorceres of Dobu (1932). En este trabajo Fortune describe a los dobu con una personalidad paranoide, obsesionados con la magia negra —una interpretación que ha sido cuestionada recientemente por Susan Kuehling en su libro Dobu: Ethics of Exchange on a Massim Island, Papua New Guinea (2005). Benedict sigue fielmente la descripción que hace Fortune de los dobu.

"El dobu (…) es severo, mojigato y apasionado, está consumido por los celos, la sospecha y el resentimiento. En cualquier momento de prosperidad se imagina a sí mismo habiendo sido arrancado de un mundo malicioso a través de un conflicto en el que ha derrotado a su oponente. El hombre bueno es el que tiene muchos de tales conflictos en su haber, como puede comprobarse del hecho de que ha sobrevivido prósperamente. Se asume que ha robado, matado niños y a sus asociados más cercanos mediante brujería, engañado cuanto ha podido. Como hemos visto, el robo y el adulterio son objeto de valiosos encantos de los hombres meritorios de la comunidad. Uno de los más respetados hombres de la isla le dio al Dr. Fortune un encantamiento para hacerse invisible con la siguiente recomendación: 'Ahora puede ir a las tiendas en Sidney, robar lo que quiera y marcharse sin ser visto. Yo he robado muchas veces a otros cerdo guisado. Me uní a su grupo sin poder ser visto. Me marché sin que me vieran con su cerdo'. La hechicería y la brujería no son en modo alguno criminales. Un hombre que se precie no puede existir sin ellas".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 168-9.

La última cultura que examina es la de los kwakiutl (kwakwaka'wakw). Para ello se sirve de la extensa base de datos etnográficos recopilada por George Hunt y Boas. Los kwakiutl son para Benedict el paradigma de una cultura dionisíaca. Las danzas kwakiutl son, en su opinión, un claro ejemplo de los excesos dionisíacos de su cultura.

"En sus ceremonias religiosas el propósito último que perseguían era el éxtasis. El danzante principal, al menos en el momento cumbre de su representación, debía perder el control de sí mismo y quedar absorto en otro estado de existencia. Debía echar espuma por la boca, agitarse de forma violenta y anormal, realizar actos que en un estado normal serían considerados terribles. Algunos danzantes eran amarrados con cuatro sogas, que sujetaban los asistentes para que no se pudiesen ocasionar daños irreparables durante su frenesí".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 175-6.



 

3. Conflicto entre el individuo y la cultura


Benedict dedica el último capítulo de Patterns of culture al conflicto que a veces se produce entre la personalidad del individuo y los valores de su cultura. Aunque lo más habitual es que los individuos se adapten al modelo de su cultura, llegando a verlo como el más apropiado, también hay personas que se apartan de él. La desviación es algo que depende del modelo cultural y no de la persona. Los zuñi que tengan un comportamiento dionisíaco próximo a los dobu serán vistos como desviados en su cultura, mientras que ocurrirá lo mismo entre los dobu con aquellos que muestren un temperamento más apolíneo. 

"Las tribus que hemos descrito tienen todas ellas sus individuos 'anormales' no participantes. El individuo en Dobu totalmente desorientado era el hombre amistoso por naturaleza y que creía que la actividad era un fin en sí. Era un compañero amable que no buscaba derrotar o castigar a sus colegas".

Ruth Benedict (1934), Patterns of culture: 258.

En el planteamiento de la cultura que hace Benedict no sólo los modelos culturales son relativos, sino también la desviación de ellos. De esta manera Benedict es una de las primeras antropólogas que plantea el tema de las relaciones entre cultura y personalidad.

4. Benedict como autora 


Clifford Geertz señala en El antropólogo como autor (1989) que la estrategia retórica de la que depende el estilo retórico de Benedict es la sátira:

"La yuxtaposición de lo perfectamente familiar y lo salvajemente exótico, de forma que ambos cambian de lugar. En su obra (…) lo culturalmente próximo se convierte en extraño y arbitrario, y lo culturalmente lejano se presenta como lógico y natural. Nuestras formas de vida se convierten en costumbres extrañas de un pueblo extraño, mientras los habitantes de tierras lejanas, reales o imaginarias, muestran costumbres perfectamente esperables dadas las circunstancias. El Allí se confunde con el Aquí. El Los-otros (lo no americano) despoja de su valor al Nosotros". 

Geertz, Clifford. 1989. El antropólogo como autor: 115. 

Según Geertz, el éxito de Benedict consistió en perfeccionar el género etnográfico edificante, una antropología orientada a mejorar, mediante un estilo narrativo simple, pero a la vez muy persuasivo y convincente.

"La forma literaria de [Patterns of culture] es a la vez tan simple, tan compacta y está tan agudamente delineada, que hace imposible que ni siquiera sus peores detractores puedan olvidarlo. Conjunción de un esquema descriptivo triádico (tres culturas tribales perfectamente opuestas), una tipología conceptual dicotómica (dos tipos de temperamento humano radicalmente distintos), y una metáfora unitaria dominante (modos de vida alternativos escogidos de entre un "abanico" universal de posibilidades), su composición difícilmente podría ser más elemental, ni su estructura más abierta".

Geertz, Clifford. 1989. El antropólogo como autor: 120.

Ni el trabajo de campo —que no hizo—, ni la elegancia teórica —en la que no parecía estar muy interesada—, son las claves de la "autoridad" etnográfica de Benedict. El secreto está, según Geertz, en su estilo retórico, con el que fue capaz de crear un estar allí imaginario en mundos culturales imposibles, a pesar de la profusión de detalles etnográficos con los que eran descritos. 

Notas tomadas por Benedict en su entrevista
con Robert Hashima. Vassar College Archives.




5. Referencias


Lectura obligatoria
  • Benedict, Ruth. 2010 [1934]. "La integración de la cultura". En Bohannan, Paul y Mark Glazer (eds.), Lecturas de antropología, 178-185. Madrid: McGraw Hill.
Películas
  • Dances of the Kwakiutl (William Heick, 1951).
  • Blunden Harbour (Robert Gardner & William Heick, 1951).
  • Box of treasures (Chuck Olin, 1983)
  • In search of the Hamat'sa: A tale of headhunting (Aaron Glass, 2004)
Lecturas recomendadas
  • Benedict, Ruth. 1944 [1934]. El hombre y la cultura. Investigación sobre los órigenes de la civilización contemporánea. Buenos Aires: Sudamericana. Las citas que aparecen en el texto han sido extraídas de la siguiente edición: Benedict, R. 1989. Patterns of Culture. Boston, Massachusetts: Houghton Mifflin.
  • Benedict, Ruth. 2010 [1946]. El crisantemo y la espada: Patrones de la cultura japonesa. Madrid: Alianza.
Lecturas complementarias
  • Geertz, Clifford. 1989. "Nosotros / Los otros. Los viajes de Ruth Benedict",  111-137. En El antropólogo como autor. Paidós: Barcelona.


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